Cómo evitar los peligros para nuestras aves

By on 27 abril, 2013
westie et perroquet duo

Los loros son animales tan inteligentes como curiosos. Los dueños de un ser vivo debemos extremar las precauciones y darles un entorno seguro. ¿Sabes cómo evitar riesgos innecesarios?

Cuerpos extraños ingeridos

Muchas aves se sienten atraídas por los objetos pequeños y brillantes que no dudan en coger con su pico y saborearlos, llegando incluso a tragárselos en algunas ocasiones. Estos objetos pasan al sistema digestivo del ave siendo expulsados en el mejor de los casos junto a las heces o causando obstrucciones, perforaciones o irritaciones frecuentemente. No es rara la consulta al veterinario por este motivo. Dentro del listado, los objetos más frecuentes con el que un loro se puede encontrar y le puede causar un gran daño son:

Cotorra del sol picoteando botella de plástico

  • tornillos, clavos y chinchetas
  • pequeños trozos de vidrio
  • alfileres
  • astillas de madera dura
  • huesos de pollo, etc.

Aunque también se tendrá que ir con especial cuidado con objetos aparentemente inofensivos como piezas de bisutería, botones, teclas del ordenador, trozos de plástico, monedas, trozos de tela, hilos, etc. ya que pueden causarle obstrucciones intestinales en caso de no poder ser digerido o expulsado.

Por lo tanto, quitaremos pequeños objetos que puedan ser victimas dela curiosidad de nuestra ave y puedan ser ingeridos accidentalmente. A la hora de comprar accesorios y juguetes para psitácidas nos fijaremos que sean específicos para ellas, que no sean fácilmente rompibles y que carezcan de piezas pequeñas que puedan ser arrancadas y tragadas.

En caso de ingestión de alguna pieza o de síntomas compatibles con ello, deberemos acudir rápidamente al veterinario. Las pruebas necesarias para ello son una radiografía, ecografía y/o endoscopia para determinar que tipo de cuerpo extraño tiene y donde lo tiene alojado. Depende de lo que sea, se dará tratamiento de soporte (como lubricantes gastrointestinales) más fluidos para ayudarlo a su expulsión o se deberá extraer mediante cirugía. Algunos cuerpos extraños, aunque no tengan formas peligrosas a la larga pueden ser perjudiciales por liberar sustancias tóxicas. Esto es típico en algunas monedas.

Tóxicos ingeridos o por contacto

Cotorra jugando con un periódico

El papel de periódico no es tan tóxico como muchos creen.

Hay una gran cantidad de elementos en nuestros hogares que resultan tóxicos e incluso mortales para las aves si estas los ingieren. Muchos productos de limpieza, barnices, aguarrás, disolventes, pinturas, etc. son letales para nuestras mascotas si los ingieren. Por lo tanto, lo mejor es evitar que nuestra ave tenga al alcance dichos productos y sobre todo, evitar que entre en contacto con superficies recién lavadas con desinfectantes, muebles recién barnizados, elementos recién pintados… ya que la forma más frecuente de intoxicación de este tipo no es que el animal beba directamente de la botella, sino que ingiera estos productos de forma indirecta.

Si el plumaje de nuestra ave se impregna de algún producto químico (por ejemplo, cae dentro del cubo de fregar o es alcanzado por algún spray limpiador o insecticida para plantas) deberemos evitar a toda costa que el animal se toque las plumas con el pico y lo lavaremos con agua tibia (y sin jabón!) puesto a que muchos de estos productos son hidrosolubles. Prestaremos especial atención a las zonas desnudas para evitar la presencia de quemaduras causadas por productos cáusticos como la lejía.

Muchos tóxicos causan efectos neurológicos como ladeo de cabeza

En caso que nuestra ave entre en contacto con productos oleosos (pomadas de base no acuosa, aceites corporales, etc.) deberemos lavarlo rápidamente con agua tibia y un detergente para platos con poder anti-grasa. Es muy importante eliminar todos los restos de aceites ya que suelen causar bajas por hipotermia puesto a que el ave no es capaz de regular correctamente su temperatura corporal sin la presencia de las plumas sanas. Después se eliminará los restos de jabón con agua tibia y se secará al ave con papel absorvente lo máximo posible. Evitaremos el uso de secadores o estufas con corriente de aire.

La lejia es un producto cotidiano altamente tóxico para nuestras aves

A continuación resumimos algunos elementos que tendremos que vigilar muy de cerca. Algunos son obvios, pero otros no tanto:

  • productos de limpieza: tanto en sus envases como superficies recién limpiadas
  • barnices, disolventes, pinturas: tanto en envases como aplicados a mobiliario.
  • fármacos tanto de consumo humano como animal
  • anticongelante
  • productos cosméticos y de desinfección (yodo, agua oxigenada, alcohol, etc.)
  • metales pesados (jaulas de mala calidad, elementos sólidos metálicos, tornillos, etc.)
  • alimentos mal lavados o en mal estado
  • plantas tóxicas
  • madera tratada
  • alimentos perjudiciales (chocolate, aguacate, bebidas alcoholicas, etc.)
  • lápices

Tóxicos inhalados

Las aves son extremadamente sensibles a la inhalación de gases tóxicos e incluso pequeñas cantidades pueden ser perjudiciales para ellos.

Nunca alojaremos un pájaro en la cocina ya que allá es uno de los lugares donde más gases tóxicos se concentran. El teflón de las sartenes cuando se calienta, emana un humo inocuo para nosotros pero altamente tóxico para las aves que puede causarles daños en los pulmones y sacos aéreos e incluso la muerte súbita.

Los loros son animales curiosos que no dudan en explorar todos los rincones

El garaje tampoco es el mejor lugar para alojar aves, ya que los humos de los coches también resultan dañinos para ellas. Al igual que los vapores de los disolventes, de las pinturas, de la gasolina, etc.

Si en casa fumamos nunca lo haremos en la misma habitación de las aves, ya que como en los casos anteriores, también suelen verse afectadas por el humo del tabaco. Después de fumar nos lavaremos bien manos y boca, ya que los residuos del cigarro pueden afectar al animal si no manipulamos o lo besamos.

Un ave que viva en medio de una gran ciudad ya está de por si predispuesta a padecer procesos respiratorios por la contaminación ambiental.

Evitaremos que nuestra ave se introduzca por lugares estrechos por donde luego no pueda salir o donde la podamos perder de vista. Hay que vigilar especialmente aquellas aves con comportamiento de nido.

Si soltamos aves de pequeño tamaño en una habitación vigilaremos también que no puedan caer tras un armario o cualquier otro mueble.

Fuentes de calor

En condiciones normales, un ave no se acercará a una fuente de fuego activa como una chimenea de leña o una barbacoa, aunque nunca nos podemos fiar especialmente si el animal es joven, no controla bien el vuelo o tiene algún tipo de recorte de plumas que le impide realizar cambios de trayectoria.

Las quemaduras en un ave son muy peligrosas y suponen en muchos casos la muerte del animal. Hay que vigilar las fuentes de calor poco evidentes como la vitrocerámica, los radiadores, las bombillas, el horno, etc. y no tener a nuesto pájaro suelto cuando alguno de estos elementos está funcionando y a su alcance. Cuando estemos cocinando, el animal estará fuera de la cocina ya sea por el peligro de aspiración de humos tóxicos como por el riesgo de que caiga en agua o aceite hirviendo.

Deberemos vigilar también la presencia de velas, especialmente en loros con la cola larga.

Una quemadura es una urgencia veterinaria. Podemos enfriarla con agua, pero rápidamente deberemos acudir al veterinario a que le preste primeros auxilios.

Un loro corre el peligro de ahogarse en un lugar con agua, especialmente si está recortado

Agua

Los loros no son aves acuáticas, por lo tanto no están preparadas para nadar. Un loro cuando cae en una masa de agua, se mantendrá a flote unos minutos, pero el agua irá empapando su plumaje hasta que se hunda del todo. El baño es un lugar lleno de peligros especialmente para las pequeñas aves, ya que el inodoro es una trampa mortal donde si caen no podrán salir. Si tenemos la bañera o el bidet llenos también puede suponer un peligro si en loro trata de alcanzar el agua, ya que caera y le será imposible salir, con lo que acabará ahogado.

Otras masas de agua que deberemos vigilar son el cubo de fregar, donde aparte de ahogarse con el agua puede intoxicarse con los productos de limpieza y las piscinas. Nunca dejaremos a un loro sin supervisión cerca de una piscina especialmente si tiene el vuelo recortado, ya que las probabilidades de que caiga dentro son bastante elevadas especialmente si hace viento.

Elementos eléctricos

Hay que tener cuidado con algunos juguetes

Dentro del grupo de las aves, las psitácidas suelen tener una gran tendencia a roer cables. Esta peligrosa conducta puede traer algún disgusto ya que si hay corriente, el ave se puede electrocutar. Aparte de que si el animal los pela y roe, puede darse posteriormente y a consecuencia de ello, una descarga eléctrica a nosotros o un cortocircuito.

Los cables deben ponerse fuera del alcance del pico de las psitácidas y una buena alternativa para ello es meterlos dentro de un tubo metálico y/o esconderlos detrás de los muebles.

Elementos traumáticos

Nunca dejaremos objetos punzantes, cortantes o peligrosos de alguna manera al alcance de nuestra ave. Es fácil que jugando con ellos se lesione ya que ella no entiende que un cuchillo corta o que un alfiler pincha.

Cuanto a aparatos, deberemos ser muy cautos con los ventiladores, tanto de techo como de suelo. Las aves no suelen ver el peligro y pueden morir a consecuencia de traumatismos cuando se aproximan volando o bien caminando.

Los ventiladores son muy peligrosos

Ventanas y espejos

En general las aves no son capaces de diferenciar una ventana abierta de una ventana cerrada con un cristal muy limpio. Una situación de pánico puede hacer que el ave salga volando descontrolada y que impacte contra un cristal ya sea espejo (ya que no tienen sentido de la profundidad) o una ventana limpia. Un impacto en un ave puede tener graves consecuencias, como fracturas, traumatismos craneoencefálicos o incluso la muerte.

La solución es tan sencilla como poner cortinas delante de las ventanas, o poner pegatinas para que el ave pueda visualizar que hay un obstáculo. Las aves se pueden enseñar también a reconocer una ventana, pero en algunos casos ante ataques de miedo y vuelos descontrolados pueden no acordarse de lo aprendido. Por el contrario hay aves no enseñadas que jamás chocan.

Ante un loro post-impacto, deberemos dejarlo a que se reponga del susto antes de recogerlo del suelo. Posteriormente evaluaremos su estado mental y la presencia o no de fracturas. En caso de duda acudiremos al veterinario. Las lesiones en este tipo de accidente pueden llegar a ser muy graves.

Los perros y los gatos pueden suponer un peligro

Convivencia con otros animales

Los animales depredadores como perros, gatos y hurones son un peligro potencial para nuestras aves si están sueltas o una fuente constante de stress si están en jaula. Nunca debemos dejar a un ave junto a uno de estos animales sin supervisión por muy bueno y manso que sea o porque en cinco años nunca le ha hecho nada, porque siempre hay una primera vez y un ataque puede ser mortal. Incluso con supervisión no podemos predecir si el perro, el gato, el hurón, etc. atacaran al ave en un descuido. Especialmente son susceptibles las aves con el vuelo recortado ya que su capacidad de huida es mucho menor.

 

 

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