Cuidados básicos del conejo

By on 17 abril, 2013
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Dentro de los mamíferos exóticos que se tienen con más frecuencia en cautividad quizá el que se ve más frecuentemente en los hogares (y también en las consultas veterinarias) sea el conejo. Afortunadamente, este incremento de frecuencia del conejo como animal de compañía va generalmente acompañado de un incremento en la calidad de la información que tienen sus propietarios de los requerimientos específicos del conejo.

Gran parte de los propietarios de conejos están aceptablemente bien documentados respecto a la alimentación, hábitos de comportamiento, etc. de su animal. No obstante, aún vemos conejos con problemas de salud asociados a un mal manejo, mala alimentación o ambas cosas. En el presente artículo pretendemos aportar una introducción a las características específicas del conejo, de forma que sea útil al propietario a la hora de entender los requerimientos básicos de su mascota.

Origen del conejo

El conejo doméstico (Oryctolagus cuniculus) es un mamífero perteneciente al orden Lagomorphay a la familia Leporidae. El orden Lagomorpha se caracteriza por tener un segundo para de incisivos en el maxilar superior, característica que los diferencia de los roedores. Desciende del conejo silvestre europeo, originario de la Península Ibérica y el sur de Francia pero actualmente presente en gran parte de Europa y Asia. Existen otras especies de conejos en Norteamérica, como el Sylvilagus floridanus o el Sylvilagus bachmani. Los conejos han sido introducidos en muchas otras regiones del mundo, como las Islas Británicas, supuestamente por parte de los romanos, o Australia, por parte de las colonizaciones británicas de esta isla en el siglo XVIII.

Interés como mascota

Los conejos han sido tradicionalmente muy apreciados como animales de compañía debido a que son tranquilos, silenciosos, requieren relativamente poco espacio y desarrollan vínculos afectivos con sus propietarios bastante rápidamente. Además, son de hábitos crepusculares (es decir, más activos al inicio y final del día), hecho que los hace especialmente atractivos para propietarios que trabajan durante el día.
Los conejos son sociables, juguetones y demuestran mucha inteligencia en determinadas ocasiones, por lo que requieren de mucha atención, estimulación y socialización para desarrollarse correctamente. Se muestran más activos al estar aclimatados en grupos estables, por lo que es recomendable tenerlos por parejas.
Aunque los conejos no son típicamente agresivos, podemos encontrarnos algunos comportamientos agresivos en caso de miedo, dolor o territorialidad con más frecuencia ante individuos nuevos.
Datos biológicos básicos del conejo
A continuación adjuntamos una tabla con los datos biológicos de interés para el propietario más destacables en el conejo.

Esperanza de vida

6- 9 años

Peso

 

– Macho adulto

2,5 Kg 

– Hembra adulta

2,6 Kg 

– Peso al nacimiento

30-80 g

Fórmula dental

2-0-3-3/1-0-2-3a

Consumo diario de comida

50 g /Kg/d

Consumo diario de agua

50-100 ml/Kg/d

Madurez sexual

 

– Macho

6-10 mesesb

– Hembra

4-9 mesesb

Gestación

30-35 días

Tamaño de la camada

4-12 gazapos

Duración de la lactancia

4-6 semanas

a: Maxilar superior (por cada lado): 2 incisivos, 0 caninos, 3 premolares, 3 molares; Mandíbula inferior (por cada lado): 2 incisivos, 0 caninos, 2 premolares, 3 molares.

b: Las razas pequeñas maduran antes que las razas grandes o las gigantes.

Alojamiento recomendado

Los conejos son animales muy nerviosos. En la naturaleza pasan gran parte de su tiempo de actividad buscando comida en sus amplios territorios, por lo que se mueven constantemente. Este hecho condiciona mucho el entorno en el que tenemos que tener al conejo en cautividad.

La jaula: tradicionalmente se ha mantenido a los conejos en jaulas y los propietarios dan mucha importancia a la superficie mínima que ha de tener la jaula para aportar un bienestar al conejo.

Las jaulas más recomendables son las de reja, con suelo de plástico, con sustrato en el fondo. Dependiendo de las fuentes bibliográficas, la superficie mínima recomendada para una jaula de conejo varía enormemente, pero unas medidas aceptables serían de 0,35m2, es decir, aproximadamente 50 x 70 cm.

Hay que tener en cuenta también que los conejos, por muy grande que sea la jaula, nunca podrán tener el comportamiento natural que tendrían en estado salvaje. Debido a esto, es de extrema importancia proporcionar al conejo períodos frecuentes (idealmente, a diario) de “libertad vigilada”, en los cuales el animal pueda deambular por nuestra casa, siempre bajo supervisión, ya que puede roer cables eléctricos u otros objetos que representan un peligro. En general, el método de mantenimiento ideal para un conejo es un espacio abierto, como un jardín o una terraza (especialmente adaptado para él, sin elementos que representen un peligro), con la jaula abierta y con comida, agua, un lugar dónde esconderse y juguetes, etc.

De este modo, el animal correrá y hará ejercicio por un espacio suficientemente grande para él, tendrá su lugar de sueño y de alimentación en la jaula. El animal, ante una situación de miedo o de estrés se sentirá seguro en su jaula. No obstante, deberemos tener en cuenta que los conejos son animales extremadamente sensibles al calor, por lo que no deberemos dejarlos a la intemperie sin sombra ni ventilación si las temperaturas son muy elevadas o el sol da muy fuerte.

El sustrato: es muy importante escoger un buen sustrato para el fondo de la jaula, ya que el animal está todo el día en contacto con dicho sustrato, puede causarle problemas dermatológicos, respiratorios y gastrointestinales. Los sustratos más recomendables son pellets de viruta prensada, heno o simplemente periódicos viejos. Debe vigilarse de no emplear virutas de madera de pino, cedro o similares, ya que generan un polvo nocivo para las vías respiratorias y la piel del animal. Las virutas procedentes de cereales (maíz, por ejemplo) pueden ser ingeridas y causar obstrucciones gastrointestinales. Otras consideraciones son que algunas maderas pueden favorecer la presencia de ácaros, moscas, etc.

Enriquecimiento ambiental: entendemos por enriquecimiento ambiental todo elemento que contribuye a distraer al animal y a reforzar su comportamiento natural en cautividad. En un conejo esto se consigue de la forma más fácil, proporcionando de forma frecuente un espacio suficiente para correr, aportando distracción al alimentarse y sobretodo favoreciendo sus hábitos alimentarios. El conejo tiene unos hábitos muy particulares a la hora de alimentarse, ya que se alimenta de hierba, muy poco energética y muy fibrosa, destinando mucha parte de su tiempo vital en buscar y roer dicha hierba. Este comportamiento se mantiene en el conejo doméstico, por lo que es muy beneficioso que el animal tenga heno y hojas frescas a su disposición de forma permanente. También es de particular importancia que el animal gaste tiempo encontrándola, al igual que haría en su hábitat natural. Esto podemos conseguirlo escondiendo el heno, las verduras o los juguetes en distintos puntos, en vez de colocarlo todo junto en un sitio.
Sexado del conejo
Conocer el sexo de un conejo presenta algunas dificultades a primera vista, pero una vez conocemos algunas características nos familiarizaremos fácilmente con ello. En primer lugar, en un macho adulto, los testículos estarán situados por delante del pene, por lo que generalmente será fácil de observar. Observaremos la piel sin pelo del escroto justo por delante y un poco lateral al pene. De todas formas, los machos pueden introducir los testículos hacia dentro del abdomen a voluntad, por lo que en animales jóvenes o muy peludos puede ser un problema. Debemos ejercer una ligera presión en la zona genital, para exteriorizar el pene o la papila vulvar de la hembra.

Bibliografía:

  • Bradley T., What every veterinarian needs to know about rabbits, Exotic DVM, vol. 3.1, Marzo 2001.
  • Bradley T., Rabbit care and husbandry, Veterinary Clinics. Exotic Animal Practice, nº 7 , 2004.
  • Harcourt-Brown F., Textbook of rabbit medicine, Reed Educational and Professional Publishing, Oxford, 2002
  • Johnson-Delaney C., Exotic companion medicine handbook, Wingers Publishing, Florida, 1996.

 

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