La enfermedad de Pacheco

By on 30 enero, 2014
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La enfermedad de pacheco es sin duda, una de las enfermedades infecciosas más peligrosa y temida por los avicultores de psitácidas. Pese a no ser muy común en nuestro país, su entrada en un criadero puede causar hasta un 100% de bajas. No tiene cura y hasta hace poco resultaba difícil de diagnosticar antes de que empezase a dar síntomas.

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La patología está causada por un herpesvirus. Este virus afecta principalmente los linfocitos, las células de la piel y del tejido nervioso. Suele causar una disfunción grave del hígado que ocasiona la  muerte del ave en casi todos los casos. Afecta a todo tipo de psitácidas, pero más gravemente a amazonas, guacamayos, caiques y pionus, aunque también causa muchas bajas entre yacos y you yous. Las psitáculas, cacatúas y eclectus parecen ser más resistentes a la patología. El  reservorio natural de la infección son diversas especies de conuros (aratinga de cabeza azul, aratinga mitrada, cotorra nanday, loro barranquero) y las cotorras argentinas, que suelen portar la enfermedad sin mostrar ningún síntoma.

Se trata de una enfermedad típica de animales de importación, con escasas condiciones higiénicas y hacinamiento de las aves en espacios reducidos. La mezcla de especies susceptibles con especies resistentes hace que la infección se escampe rápidamente y que pueda cursar con muchas bajas. En nuestro país es poco habitual tras el cierre de las fronteras de importación y suele ser vista en psitácidos venidos de otros países europeos, sean de origen salvaje o criados en cautividad. Por ello, si se adquieren aves venidas de otros países hay que realizar exhaustivas cuarentenas y analíticas pertinentes para descartar esta peligrosa enfermedad. Es más común en aquellos países con elevados índices de aves importadas de origen salvaje, como Holanda.

Aves de importación, hacinadas con pobres condiciones higiénicas:

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El stress, la mala dieta, las condiciones insalubres, la poca higiene, etc. hacen que los portadores asintomáticos excreten el virus de forma activa, contagiando a todos sus compañeros de habitáculo. Es habitual tras la introducción de un nuevo ejemplar aviar portador, sin cuarentena ni analíticas, que al cabo de unos días o incluso semanas empiecen bajas repentinas sin causa aparente en nuestra colección. Y es que esta enfermedad puede cursar con la muerte súbita sin mostrar sintomatología previa.  Cualquier ave que supere la infección puede convertirse en portadora asintomática de por vida. Estos portadores pueden excretar el virus en situaciones de stress, contribuyen un peligro para el resto de la colección o las colecciones vecinas.

Desde que el ave se infecta hasta que empiezan sus síntomas o incluso su muerte súbita pueden pasar entre 3 y 20 días. Este periodo se puede alargar más en caso de aves resistentes, como las psitácidas asiáticas o australianas o en casos particulares. La enfermedad se transmite de forma directa, por contacto con heces contaminadas, secreciones respiratorias, aerosoles y saliva de aves infectadas. El virus es estable fuera del organismo del ave, con lo cual puede ser vehiculado por la ropa, la comida, el agua o cualquier otra superficie. Esto es muy importante en los criaderos, ya que un mismo cuidador suele ocuparse de todas las aves y puede escampar el virus a través de todas las jaulas mediante sus manos o su ropa.

Como síntomas, podemos encontrar los siguientes:vomitos

–          Letargia y postración

–          Regurgitaciones

–          Poliuria y polidipsia (bebe y orina más de la cuenta)

–          Diarrea con biliverdinuria (uratos amarillentos) o con presencia de sangre

–          Dificultad respiratoria, estornudos, descarga nasal

–          Conjuntivitis y sinusitis

–          Temblores e incoordinación

–          Ausencia de apetito y adelgazamiento en algunos casos

–          Muerte

Los síntomas pueden aparecer en cualquier combinación, pudiéndose mostrar todos, solo algunos o incluso ninguno, causando una muerte súbita al ave.2425072881_332a0079d5

En la mayoría de los casos, tras mostrar los síntomas, el psitácido acaba muriendo tarde o temprano. Muy pocos superan la infección.

Su diagnostico es sencillo hoy en día. Ante la sospecha de un ave infectada, procederemos a realizarle una serie de pruebas:

  • Hemograma completo
  • Panel bioquímico mínimo, especialmente renal y hepático
  • Radiografías
  • PCR de herpesvirus (de sangre, hisopo cloacal y coana)
  • Serología de herpesvirus

Para descartar portadores asintomáticos realizaremos también la PCR

Desgraciadamente la enfermedad no tiene cura y su progreso es tan rápido que no suele dar tiempo a hacer nada.

En la necropsia solemos ver unos riñones, hígado y bazo agrandados, zonas circunscritas de necrosis y hemorragias hepáticas, y también es posible la presencia de hemorragias en otros lugares como los intestinos, el páncreas y la cavidad celómica. El diagnostico estará basado en la historia clínica (es importante saber si el animal es de importación, o si ha estado en contacto con aves importadas), los síntomas clínicos, las lesiones y el aislamiento vírico de los tejidos.

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Se ha intentado tratar con Acyclovir, pero solo ha habido éxito en algunos casos. Dependiendo de los síntomas, también daremos tratamiento de soporte (fluidos, protectores hepáticos, antibióticos de soporte, alimentación forzada, etc.)

Al no tener un tratamiento efectivo, lo mejor es su prevención:

–          Adquirir aves de lugares de confianza, evitando los importadores o los intermediarios, aunque provengan de otros países europeos y sean criadas a mano.

–          Realizar buenas cuarentenas a todas las aves

–          Realizar controles veterinarios y PCR frente a la enfermedad en caso de ser sospechosas o de riesgo.

–          Tener buenas pautas de higiene: desinfectar, limpiar bien, lavarse las manos etc.

–          Alojar a las aves en buenas condiciones y ofrecerles una dieta correcta para evitar el stress.

–          Evitar mezclar especies susceptibles con resistentes en los criaderos

yacosEvitar mezclar pichones de diferentes origenes y diferentes especies:

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Más información:

Gallerstein, GA; Acker, H. The Complete Bird Owner’s Handbook. Simon & Schuster Macmillan. New York, NY; 1994.

Olsen, GH; Orosz, SE. Manual of Avian Medicine. Mosby, Inc. St. Louis, MO; 2000.

Phalen, DN. Viruses. Altman, RB; Clubb, SL; Dorrestein, GM; Quesenberry, Katherine (eds.) Avian Medicine and Surgery. W.B. Saunders Co. Philadelphia, PA; 1997.

Rupley, AE. Manual of Avian Practice. W.B. Saunders Co. Philadelphia, PA; 1997.

Spandofori, G; Speer, BL. Birds for Dummies. IDG Books Worldwide, Inc. Foster City, CA; 1999.

Más información web:

http://www.avianbiotech.com/diseases/pachecos.htm

http://www.petplace.com/birds/pacheco-s-disease/page1.aspx

http://jvdi.org/cgi/reprint/4/2/203.pdf

http://zoologix.com/avian/Datasheets/Pacheco.htm

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