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Los abcesos en tortugas
Los abscesos en el odio son una de las patologías en tortugas que más frecuentemente ven los veterinarios en la consulta, especialmente en las tortugas de agua aunque también se dan en tortugas de tierra. Hay muchas causas por las cuales se dan los abscesos en tortugas, entre ellas una dieta incorrecta y las infecciones secundarias.
Los abscesos en tortugas difieren mucho a otras especies como los perros o los gatos. La celularidad del pus de los reptiles hace que sea de consistencia sólida, que dificulta enormemente su drenaje y la aplicación de antibióticos. Es por ello que los abscesos aurales en tortugas tienen resolución quirúrgica en la mayoría de los casos.
La causa más frecuente de los abscesos en oído son las deficiencias nutricionales, especialmente la hipovitaminosis A. Es típico de las tortugas de alimentadas con gammarus o con dietas deficientes para su especie. Esta deficiencia de vitamina A produce anormalidades en las mucosas del animal, entre ellas la del oído medio, que en caso de agua contaminada o de mala calidad, es invadida por bacterias causando una grave infección que desemboca en un absceso que puede ser unilateral o bilateral. Es frecuente que estas tortugas también presenten conjuntivitis o problemas respiratorios. Otros factores implicados suelen ser las bajadas de defensas por temperatura incorrecta o falta de luz solar, que causan estrés en los animales. Se suele observar la tortuga con un bulto en la cara o una deformidad. En ocasiones la zona del oído está enrojecida o incluso ulcerada.
Por tanto tenemos:
Tortuga incorrectamente alimentada, con deficiencia en vitamina A + agua contaminada, sucia y mal filtrada + situaciones estresantes, como temperatura incorrecta = procesos infecciosos en las mucosas y abscesos aurales.
En estos casos la visita al veterinario es obligatoria.
Cuando aparece el absceso, suele ser tras un proceso largo en el cual el animal se va deteriorando por la falta de vitaminas y las infecciones concurrentes. Suele ser necesaria su hospitalización y aplicación de fluidoterapia para restablecer la hidratación y una nutrición correcta y suplementada para corregir el déficit. Inicialmente también se pueden emplear vitaminas y antibióticos de cobertura.
El diagnostico es muy sencillo, no obstante precisa de pruebas complementarias como:
– cultivo de secreciones y antibiograma. Para elegir el antibiotico más adecuado.
– Radiografía para detectar el alcance de la enfermedad y determinar si hay afección ósea.
– Analítica sanguínea para conocer el estado general del animal
La resolución de estos procesos es siempre quirurgica, ya que hay que eliminar el pus y limpiar toda la cavidad. Es inviable hacer un drenaje sin pasar por quirófano. Posteriormente se deberán hacer curas para evitar que la herida se cierre y se vuelva a formar el abceso. El animal se tratará con el antibiotico más adecuado.
El cambio de rutina en el animal será fundamental, ya que hay que corregir su alimentación y su ambiente para que no vuelva a suceder.
– Dieta: la dieta de la tortuga deberá adecuarse a su especie, dándose los alimentos frescos adecuados. Carne fresca, pescado, verduras etc. Si es necesario, suplementaremos con vitaminas.
– La temperatura se debe mantener en el rango óptimo. Muchas especies no pueden mantenerse en invierno a temperatura ambiente.
– El agua en el caso de las especies acuáticas debe mantenerse bien limpia y filtrada. En el acuario deben instalarse los aparatos necesarios como filtros, lámparas UV, ozono etc. Para mantener el agua en buenas condiciones higiénicas
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